lunes, 15 de noviembre de 2010

Cortando besos

Es el día de la boda todo está listo, cuando todas y todas comienzan a pensar en cómo se reglaran para la función, perdón digo la boda pero nadie se había percatado que el vestido y el ajuar después de prueba final no había llegado tal vez paso por su soledad en el trascurso de su la planificación del fugaz evento, cuando ella en horas de la madrugada busca el vestido para cualquier retoque en especial de la cintura, pero chica sorpresa vestido y ajuar no están ni por debajo, ni por sobre de ningún ropera, tocador ni armario, en ese momento y en toda la casa comienzan los gritos vociferantes y regaños, de una esquina sale una mano que le marca a la modista y le pregunta si ya está el arreglo nupcial Vallecillo Banegas, contestas que si pero en ese momento se ponen las tres costureras a terminarlo porque llegaran por él en una hora, en este rato juega ella al camuflaje de ideas y cubre su rosto con pinturas labiales, sombras y demás, emulando a los indios cuando van al campo de batalla, se divaga con el panal de sugerencias, comentarios y consejos recibidos a diestra y siniestra de si durante el resto de las mujeres y ella terminan de arreglar lo pendiente para la nocturna boda, es ahora que comienza de forma personal y colectiva el arreglo personal, algunas bañándose, depilándose, peinándose etc., ya ella está casi lista solo falta el vestido y esperando a que las demás terminaran su afanes, en ese momento en la habitación entra el hermano de la retraída novia está en ese instante baja de sus dudas y le corre de la habitación entre amenazas y escobazos, luego el teléfono suena y en lo que ella levanta el auricular le dicen “con Enma por favor o simplemente dígale que no se case” ella sin preguntar quién es cuelga, le preguntan si quien es si acaso era la modista con otra escusa, ella solo dice “no numero equivocado” pasada mas de algunas horas de lo acordado llega el vestido y el ajuar, se viste ya en el templo y acercándose en camino al altar mayor para la bendición de las arras, se escucha el ya sonado “que no se case” el novio comienza exaltado a maldecir, la familia a murmurar, pero ella grita “ya está esto se acaba hoy” “ni me caso e insulto a dios con tigo señalando al maldecidor, ni tampoco me iré con usted señalando al interruptor de la ceremonia me quedo sola con mi hija o hijo y mañana veré como podre anular o deshacer este circo” el novio la ve y le sentencia “no mi cielo, usted es mía ante las leyes según recuerdo dijera ayer el notario y que yo recuerde tu cuerpo había y no ha sido de ninguna otra piel más que de este pecho que yo sepa” viendo con los puños alzados hacia el interruptor de la ceremonia ella le responde la insinuosa calumnia “desgraciadamente para mi así continua siendo, solo tu piel recuerdo en mi amar, pero a diferencia tuya el aprecia y respeta mis ideas las que según tu solo son cosas de mujer, le debí de haber seguido esperando y no engañarme con tu locuacidad de falso oasis”
Claudia Sánchez

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